7 de enero de 2011

Mi Mami-kaze y yo

Aunque es la primera semana del año y me encuentro feliz y emocionada por todos los planes que hay por delante, me he sentido muy mal. Me refiero a mi estado de salud. Me siento agotada y sin fuerzas. Por las mañanas me resulta casi imposible levantarme de la cama. Tengo mareos, y en la oficina se me hace súper difícil mantenerme concentrada o enfocada en lo que estoy haciendo. Solo espero que éstos solo sean síntomas de los pasados “festejos”.

Hoy acompañé a mi mamá a hacer sus compras. Nos llevaría medio día y me preocupaba que su energía menguara y que se sintiera mal. Después de subir, bajar, ir y venir del enorme almacén era obvio que alguien ya estuviera por rendirse. Si alguien pensó que esa sería mi mamá es porque no la conocen. ¡Debieron habernos visto, era cómico! Yo, ya solo podía arrastrar los pies y tratar de resistir con mi cuerpo solo un poco mas. ¿Mi mamá?, viendo y comprando radiantemente feliz.

Yo: ¿Ya te cansaste?

Mamá: No, pero voy a apresurarme porque tu ya te ves hambrienta y cansada.

Yo: ¡Oh, no te preocupes, me siento muy bien! ¿Qué más vamos a ver?

¡Qué vergüenza! ¡En términos futbolísticos, eso estaba siendo como un 5 a 0! . . . ¡En el primer tiempo! Y no es que quiera excusarme, pero ella es hiperactiva. ¡Créanme!, es una Mami-kaze. Si ustedes conocen a un niño hiperactivo, sabrán de los que estoy hablando. Mi mamá parece tener una energía inagotable y capaz de hacer cientos de cosas en un solo día.

Pero lo acepto. Esa es la razón 3521 por la que ELLA no es solo la personita a la que más amo en el mundo, sino también la mujer que más admiro en todo el planeta entero, completo.

¡Te adoro madre hermosa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario