22 de septiembre de 2010

Mi Guerrera Favorita

La persona de la que hoy quiero hablar es una mujer que vino al mundo con una Misión, con una misión de la que tal vez ni siquiera ella está consciente.

Ella nació en el seno de una familia muy pobre. Fué la primera gran alegría de su madre y la razón de su vida. También fué la más querida "Pequeña de papá". Con su carita tierna, sus rubios cabellos y rosadas mejillas, ella era hermosa, el motivo de su orgullo y el centro de su universo.

Cuando tenía apenas tres años ya ayudaba con los quehaceres de la casa, sosteniendo con su manecita una pequeña cubeta con agua para traerla a mamá y que lavara los trastes. A la edad de doce años decidió dejar sus estudios de secundaria para apoyar a mamá con el cuidado de sus hermanitos. Cuando creció se convirtió en su mano derecha. Nos cuidó, nos protegió y nos amó hasta que tuvo veinte años.

Un día ella decidió partir. Voló para ir a construir su nido y criar sus propios polluelos. Ese día, jamás lo olvidaremos mis hermanos y yo. Lloramos todos en secreto, pero ninguno pudo ocultar su inmensa tristeza. Mi madre no quería salir de su recámara y no dejaba de abrazar sus cosas y de escuchar la música que a ella le gustaba. ¡Cuánto íbamos a extrañar su alegría, sus ruidosas carcajadas y su cariño! Y es que no solo se había marchado nuestra hermana mayor, se había ído nuestra heroína -que nos defendía del mundo entero a capa y espada. Porque ella era más que una hermana, era como una "segunda madre", y la amábamos.

Desde el día en que nació, solo ha vivido para ayudar y bendecir. Ahora protege, educa y ama a sus hermosos hijos. Los ama con un amor tan inmenso como el mar y lucha día a día por mantener el barco de su familia a salvo. Amar incondicionalmente, esa es su Misión.

Un día como hoy nace una de mis personas favoritas: mi hermana Maribel. Ella es bella por dentro y por fuera. Es inteligente, humilde y sencilla. Es trabajadora y una luchadora incanzable. Tiene la fuerza y la determinación de una GUERRERA.

¡¡Felíz Cumpleaños hermanita!! Que Dios te bendiga y te dé la fuerza y el valor para seguir luchando por la hermosa familia que deseas y que te mereces. Te quiero mucho.

Yeni

20 de septiembre de 2010

El día más felíz de mi vida

Escuché una vez la historia de un hombre que decidió alejarse de Dios y todo lo que tuviera que ver con el Cristianismo. Cómo si Dios se hubiera convertido en su máximo enemigo, volcó toda su ira hacia él y no quería ver una sola  imágen o pintura que se lo recoradara. Mucho menos deseaba que se lo mencionaran. Se convirtió en el hombre mas indiferente y mundano que la gente conociera.

Después de algún tiempo de una vida destrampada y llena de excesos, se encontró en una ocasión en un lindo hotel, disfrutando de los "placeres" de la vida. Dispuesto a refrescarse por un rato en la piscina antes de ir a dormir, sube al trampolin para lanzarse al agua. Al levantar las manos para colocarse en posición de clavado, mira hacia abajo y se dá cuenta de que su sombra simula a un hombre crucificado. Enfurecido por lo que acaba de ver, se olvida del chapuzón y se vá a la cama, refunfuñando para sus adentros -porque ni aún lejos de él, el Cristo lo dejaba hacer su vida en "paz".

Hoy, me levanto de prisa para irme a trabajar. Se me ha olvidado hacer mis oraciones. Me apena decir que  hasta olvidé pensar en Dios para encomendarme. De hecho llevo varias semanas sin hablar con él.

Llegando al trabajo, prendo mi computadora, reviso que hayan llegado todos los pagos y que no me hayan rechazado facturas. Empiezo a armar mi día como todos los lunes. Enseguida  preparó mi té matutino y empiezo a bajar música de un nuevo cantante que me recomendaron el fín de semana. Mientras reviso correos y mi música se baja, empiezo a recordar ese hermoso relato acerca de José, el padre de Jesús, que leí anoche en el nuevo libro de Paulo Coelho. Entonces, pienso, ¿será posible que aún el escritor mas común se acuerde de Dios y se exprese de él de esa manera? Eso me hace reflexionar acerca de lo indiferente que he sido. Mi mente divaga con otros asuntos de trabajo. Mientras tanto me alisto para escuchar la nueva música que he descargado. Aprovecho que no está mi jefe cerca y subo el volúmen.

A las primeras notas que escucho -es un un chelo-, dejo de hacer todo lo que estoy haciendo y pongo atención.  ¡No puede ser posible que esté escuchando esa canción! Sigo atenta y cuando me doy cuenta las lágrimas están saliendo de mis ojos. Es  "You Raise Me Up" de Josh Groban.  Forgiven tiene por supuesto la versión cristiana mas hermosa de ésta clásica canción, y es por mucho mi canción cristiana favorita. Dios sabe que cuando siento angustia, pongo esta melodía después de orar y de hablar con él. También sabe que si llega el anochecer y siento soledad o temor, la escucho y así puedo dormir tranquila. Sabe muy bien que ésta canción siempre me lleva cerca de su corazón. De pronto entendí el porqué del relato de Cristo en el libro y y el porqué de esa canción.

Con las lágrimas aún en los ojos, me inclino para orar y pedir perdón por mi absurda indiferencia. Pido perdón porque me doy cuenta que entre el hombre de la historia y yo no hay ninguna diferencia. Nadie me obliga, sino que deliberadamente decido irme de Dios y estar lejos de su protección, de su amor y de sus bendiciones. Escucho de él en los lugares mas insospechados y es como si no lo hiciera. Veo su imagen en el rostro de las personas necesitadas o desamparadas y prefiero voltear la mirada.

Hoy es el día mas felíz de mi vida porque descubrí una vez mas que no importa lo que yo haga, lo infame que sea, o lo lejos que me encuentre de él, mi Padre nunca dejará  de estar al tanto de mi. Nunca dejaré de importarle. Y nunca dejará de buscarme, como lo hace el buen pastor cuando una oveja se le ha perdido.

Al día siguiente, muy de mañana y sintiéndose de mejor humor, aquel hombre se levanta para ir a la piscina. Cuando se sienta a la orilla para meter los pies, se dá cuenta de que está completamente vacía. Intrigado por saber si la noche anterior cuando pretendía clavarse, ésta ya se encontraba sin agua, pregunta al encargado de mantenimiento. El empleado le contesta que la alberca tiene ya tres días sin agua, por trabajos de reparación y que hay un aviso a la entrada de la recepción. En ese momento, aquel hombre, con lágrimas en los ojos, cae de rodillas y empieza a pedir perdón a Dios. Perdóname Padre Mío porque olvidé que es a tu lado el único lugar donde puedo estar seguro. Perdóname, porque todo lo que tu quieres es SALVARME.

Desde ese momento, aquel hombre volvió a Dios con más Fé, y tomó una nueva desición: No volver a alejarse nunca más del  CRISTO que lo salvó.

Hoy he decidido tomar  también la misma determinación.  Agradezco a Dios hoy y siempre por su Infinito Amor y Misericordia. Por permitirme acercarme nuévamente a su presencia y porque . . .

SIEMPRE, SIEMPRE  . . . encontrará el camino y la manera para  llegar a nuestro corazón. ¡AMÉN!